Hubo un robo en una joyería. Llega la policía y encuentra la puerta rota y a un anciano mendigo al lado de la puerta. Los policías dicen:
¡Este es el ladrón! Llevémoslo a la fuente del parque para que confiese.
Lo llevan y lo meten de cabeza dentro del agua; lo sacan y le preguntan:
¿Dónde están las joyas?
El anciano no contesta nada, entonces lo vuelven a meter durante más tiempo. Lo sacan de nuevo:
¿Dónde están las joyas?
Nada que no contesta, lo meten la tercera vez, durante un par de minutos, entonces el anciano levanta la mano; un policía dice:
¡Ya va a hablar!
Lo sacan y le preguntan:
A ver, ¿Dónde están las joyas? ¿Qué tiene que decir?
Contesta el anciano:
Llamen a un buzo porque yo no veo nada en el estanque.
Chistes de viejos y ladrones
Maria Jose - España
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